Este pequeño había sido abandonado y mostraba mucha desconfianza hacia los humanos. Gracias a la determinación y la paciencia del voluntario que lo encontró consiguió ganarse el cariño de Pincho.
Cuando pudo tocarlo se dio cuenta de que estaba muy delgado y lleno de garrapatas. Se lo llevó a su casa y lo trató como si fuera una mascota más. Con el paso del tiempo, Pincho comenzó a comprender que no todos los humanos eran malos y dejó de mostrar reticencia a que lo acariciaran.
Este tipo de perros que han tenido una vida dura son luego los más agradecidos ya que valoran una caricia de una forma diferente al resto de animales. El que lo adopte seguro que se llevará una joya.
Tiene buena relación con otros perros y ahora que está empezando a hacer un sol de lo más agradable,. Si estás interesado en adoptar a Pincho, escribe a sevein0211@hotmail.es
