
He probado de todo: a ignorarle y darle la espalda, a regañarle, a distraerle con otras cosas... y nada parece dar resultado. Y es que además tengo la sensación de que cuando le regaño (no sólo en esos momentos, hoy por ejemplo me ha pasado cuando le reñía porque me quitaba la toalla con la que estaba secando a Chico) no se entera de que le estoy regañando: se cree que le estoy incitando a jugar. Todos los demás sí se enteran: hoy he conseguido preocupar a los dos perros y a los cuatro gatos, y él seguía tan pancho pegando brincos.
¿Qué hago: le corto el cuello, me lo corto yo, lo regalo o me mudo de casa y finjo que no lo conozco? No, en serio, no sé muy bien cómo actuar con él.