El kong se lo doy una media hora antes de salir de casa, y no se lo doy directamente, se lo dejo en el suelo. Cuando vuelvo y pasa un buen rato se lo quito, que no vea que es inmediato.
Y yo no hago nada, es decir, cuando vengo la ignoro por completo, me pongo de espaldas, me cambio de ropa mientras me muerde todos los bajos de los pantalones, y sigo sin hacerle ni caso hasta que ya pasa de mi, entonces la llamo y le doy un par de besos, pero sin excitarla.
Cuando me voy igual.
Así que por eso digo que tengo la fe de que algún día no se ponga tan nerviosa cuando me vea. Pero vamos, que poco a poco hemos avanzado, por lo menos ya no se hace pis cuando está sola, que ya es mucho...
Lo de las visitas kenaitos me trae por la calle de la amargura, sobretodo con mis padres que la acarician y la rascan y luego me dicen "no puedo tocarla, no?"

, y con los amigos igual, les digo que no la hagan caso y ya todos "pues vaya, si que eres tiquismiquis con la perra..." "todos hacen lo mismo y no ha pasado nunca nada..."